Lo bueno que tiene la espera es que nunca acaba cuando no acaba, no tiene plazo ni fecha de caducidad; no hay prisa en la espera…
Lo malo que tiene es que no termina cuando termina… siempre hay algo que no regresa del todo, o que al hacerlo ya no cabe en la nueva realidad que inicia su retorno…
Cada uno es libre de elegir el tiempo para su vida y de abrir ventanas con vistas al Norte o al Sur, de dirigir las miradas al amanecer del Este o hacia el Oeste donde se esconde la luz… Hay quien cree que vivir es esperar y quien piensa que no hay nada más allá de lo inmediato…
Y así debe ser.
Yo aún me emociono al encontrar personas que esperan a pesar de que el tiempo les quitó la razón hace años…
Imposible no es aquello que no es, eso sencillamente es inexistencia, imposible es lo que no puede ser…
Por eso cada uno llama a los sueños de manera diferente; unos los llaman “mañana”, otros “ayer”, hay quien prefiere llamarlos “quizás”, y algunos “espera”… Cada cual los llena de ilusiones, de dudas, de alegrías, de música… y los busca en cada rincón donde el aroma les dice que son verdad